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"La eternidad es una rara virtud de la literatura". Adolfo Bioy Casares.







4º ESO LIU

domingo, 22 de septiembre de 2013

IDEAL DE AMOR CORTÉS . GRANDES AMORES DE DANTE Y PETRARCA. . donna angelicata.



Dante Alighieri y Beatriz Portinari


El amor imposible de Dante fue Beatriz Portinari a quien inmortalizó en su obra: La Divina Comedia y en sus sonetos de la Vita Nuova. Dante nos descubrió una nueva forma de amar, sin egoísmo, sin correspondencia, sin esperanza. Una amor idealizado que le permite seguir viviendo con Beatriz como musa de su obra.

Dante y Beatriz se conocieron, según algunos, desde la niñez y, según otros, en la adolescencia; como quiera que fuera, Dante se prendó de "la gloriosa señora de sus pensamientos", de quien hizo la razón de su existir. La sonrisa y el leve saludo que Beatriz le prodigaba a Dante cuando casualmente se encontraban, bastaban para satisfacer el profundo amor que el poeta le profesaba. Beatriz contrajo nupcias con un rico banquero y Dante buscó consuelo en el maravilloso mundo de la poesía, dando rienda suelta a su imaginación, produciendo nuevas rimas, todas ellas reflejando el amor que sentía por su dama.

Los jóvenes florentinos difundían las poesías de Dante, al recitarlas en las reuniones y, Beatriz al escucharlas se reconoció en ellas. Ella, dama virtuosa y además casada, se sintió lastimada en su dignidad, por ser la inspiración de un amor insano y, desde entonces, cuando solía encontrarse con Dante, aquel breve saludo con el que contaba el poeta para iluminar su existencia, le era negado. Las congojas de Dante no terminarían ahí, poco tiempo después Beatriz cayó enferma, contagiada de la peste negra o bubónica, y en 1290, la muerte hizo acto de presencia y el fiel enamorado sólo pudo seguir de lejos el cortejo, acercándose a la tumba de la amada cuando todos se habían retirado. Dante, hundido, trocó su vida en un constante disfrute de placeres, prodigándose múltiples amantes.

Tres años más tarde, contrajo matrimonio con Gemma Donati, la joven que su padre le había escogido para esposa, a la cual no amaba, lo que no impedía que ella le brindara su ternura y admiración, comprendiendo que su esposo no era como los demás hombres. Gemma hizo posible que Dante gozara de un breve tiempo de paz y tranquilidad, tiempo que aprovechó para terminar "La Vida Nueva", mitad en verso y mitad en prosa, poemas en los que, una vez más, ofrendaba su amor a Beatriz.
En “La Divina Comedia” pide a Beatriz que le conduzca a su lado:

—Beatriz, guíame hacia el paraíso, ya que Virgilio ya cumplió su misión.
Nuestro amor no es terrenal, porque este sentimiento es tan inmenso que no lo supera el amor de Dios por la humanidad.



Nota: La foto que ilustra esta historia es un cuadro del pintor prerrafaelista Henry Holiday, que imagina el encuentro entre Dante y Beatriz en el Puente Santa Trinidad.

TAN GENTIL Y TAN HONESTA LUCE
mi dama cuando a alguien saluda,
que toda lengua temblando enmudece,
y no se atreven los ojos a mirarla.

Ella pasa, sintiéndose alabada,
benignamente de humildad vestida;
pareciera ser algo venido
del cielo a la tierra a mostrar un  milagro.  

Se muestra tan agradable a quien la mira,
que por los ojos procura al corazón gran dulzura,
incomprensible para quien no la experimenta.

 Y parece que de sus labios surgiera
un espíritu suave de amor pleno
que al alma va diciendo:  ¡Suspira!



Francisco Petrarca y Laura de Noves


Fue el 6 de abril de 1327, día de Viernes Santo. En la iglesia de Santa Clara, en Avignon, el poeta ve por primera vez a la mujer que había de inspirar sus rimas amorosas a lo largo de una vida entera. Aquella mujer se llamaba Laura, y estaba casada con el aristócrata Hugo de Sade. Según decía el propio Petrarca, los encuentros entre ambos fueron poquísimos y casuales, y el amor jamás correspondido. La pretensión de que "Laura" no fuera otra cosa que una imagen ideal, una entidad simbólica, una alusión metafísica, teológica o, peor aún, críptica, ha tenido alterna fortuna a través de los siglos; pero, en verdad, semejante interpretación es un atentado contra la verdad histórica y el sentido común. Si bien su amor nunca llego a ser más que una utopía, a él se debe la inspiración y creación de sus versos más perfectos e innovadores de la lírica hasta entonces. Versos que luchan entre el sentimientos de espiritualidad y el amor pasión que experimenta por su amada Laura. Su relación con ella y su esposo es frecuente, y pasado un cierto tiempo, fue la propia Laura de Noves quien pone freno a ese trato continuado, reduciendo su relación a una respetuosa y lejana amistad. En 1348, el año de la "gran plaga", obtuvo una canonjía en Parma, adonde en mayo le llegó la noticia de la muerte de Laura, suceso que lloró en sus versos durante muchos años.



SONETO A LAURA
Paz no encuentro ni puedo hacer la guerra,
y ardo y soy hielo; y temo y todo aplazo;
y vuelo sobre el cielo y yazgo en tierra;
y nada aprieto y todo el mundo abrazo.

Quien me tiene en prisión, ni abre ni cierra,
ni me retiene ni me suelta el lazo;
y no me mata Amor ni me deshierra,
ni me quiere ni quita mi embarazo.

Veo sin ojos y sin lengua grito;
y pido ayuda y parecer anhelo;
a otros amo y por mí me siento odiado.

Llorando grito y el dolor transito;
muerte y vida me dan igual desvelo;
por vos estoy, Señora, en este estado.

Doy las gracias a http://grandes-amores.blogspot.com.es  por su gran utilidad. Un blog que recomiendo por su interés.

Dad vuestra opinión sobre este concepto de amor. Os parece muy alejado de nuestra concepción de amor? 

7 comentarios:

Unknown dijo...

El amor cortés representado en este soneto de Petrarca hacia su amada Laura, esta alejado de la concepción de amor que se tiene en el mundo actual.

Se dice que cuando una persona esta enamorada, es capaz de cualquier cosa, no tiene barreras, ni tampoco existen límites que sean más fuertes que ese sentimiento. Es capaz de soportar tanto alegrías como penas.

¿Pero hasta que límite? El límite, el tiempo, la espera, como queramos llamarlo, esa es la principal diferencia entre estas dos concepciones de amor.

El amor cortés supone una concepción mística de este sentimiento, una pasión desenfrenada, el deseo y los años de espera de un amor que jamás será correspondido. En este caso el enamorado, aún sabiendo esta desdicha, jamás deja de demostrar su pasión.

En cambio, en el amor actual el enamorado se rinde más fácilmente. También lo intenta, lucha, cae, utiliza infinitas maneras para conseguirlo pero finalmente se rinde si no es correspondido. La mayoría de personas son capaces de esperar días, meses incluso años, pero no toda una vida. No se descarta que haya personas capaces, pero, esta concepción de amor es mucho mas propia del amor cortés, ya que se antepone al amor por encima de todo y por tanto su espera.

En conclusión, son dos conceptos muy diferentes, alejados; tan alejados como el tiempo que separa estas dos concepciones de amor de épocas tan distintas, en la que la sociedad, por el paso del tiempo, no deja de ser cambiante ,al igual que sus pensamientos, formas de vida y como en este caso tratado, el sentimiento amoroso.

Unknown dijo...

El amor cortés queda muy bonito para leerlo en los poemas, pero hoy en día no tendría ningún sentido y sería muy difícil que se diera, ya que nadie piensa como la gente de esa época respecto al amor.
La primera razón es que la mujer actual es una persona totalmente independiente que tiene sus estudios, su profesión, y una posición en la vida que le permite vivir sin depender de nadie. La mujer actual es activa, se marca sus propias metas, y le sería imposible quedarse pasivamente esperando ser admirada y adorada por un amante sin hacer nada más.
La segunda razón es que ninguna persona hoy en día, donde todo son prisas y estímulos externos, es capaz de esperar a otra persona durante años por muy enamorado que esté.
La tercera razón es que hoy en día la mujer busca en su compañero una persona similar a ella: un compañero que comparta con ella las tareas diarias, con el que se pueda hablar de tú a tú, que tenga intereses comunes, y no una persona que desde un plano de superioridad pretenda guiarla sin que la mujer participe en el proceso de su propia vida.
Por estas razones sería muy difícil encontrar una mujer normal a la que le llenara el tener una pareja con el único objetivo de ser adorada o encontrar un hombre al que le gustara tener una pareja casi inexistente, simplemente un objeto al que admirar igual que a una estatua.

Lydia Ruiz-Espejo Pozas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lydia Ruiz-Espejo Pozas dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lydia Ruiz-Espejo Pozas dijo...

¿Es realmente comparable, el amor cortés, sosegado, prácticamente ideal con el amor, o la idea de amor acelerado que tenemos actualmente? De hecho, puede que hablemos de realidades opuestas.

Dante, Petrarca...Permanecieron toda su vida idealizando un amor que nunca llegó,, sin apenas contacto. Sin embargo, ahora, cuando una persona se fija en otra, todo se fuerza, se acelera, y si el resultado no es rápido se piensa que no merece la pena y se deja de intentarlo.

Por otra parte ya casi nadie aspira a los amores eternos, que perduren, simplemente éstos grandes amores van siendo sustituidos por muchas y rápidas relaciones que satisfacen las necesidades mas carnales, pero no las emocionales.

Esa idea de vivir por y para un amor que no es correspondido no corresponde con las convenciones de la sociedad actual. ¿Acaso conocemos a alguien que haya anhelado y llorado una persona toda su vida? Actualmente, no.

En definitiva, lo que el nuevo concepto de amor busca,casi podríamos decir que es contrario al amor cortés; puesto que los deseos físicos, carnales, etc. predominan sobre el deseo de enriquecer el alma y encontrar la belleza del amor eterno.

Unknown dijo...

¿Es cierto que ha cambiado la forma de ver el amor desde el Renacimiento hasta nuestros días?
yo creo que sí, el amor que escribían Dante y Petrarca en sus poemas no tiene nada que ver con la concepción del amor que se tiene hoy en día.
dante y Petrarca exaltan mucho el amor y la belleza femenina. en el siglo XIII, el concepto de amor de moda del momento, los hombres pensaban en su amada y estarían dispuestos a esperar todo el tiempo para estar con ella, esto a día de hoy no sucede, porque estamos ante una sociedad en la que queremos todo en el momento y no sabemos esperar demasiado, por eso este concepto no tendría cabida a día de hoy.
no obstante, hay quien opina que el amor siempre es igual, es decir, hacer feliz a la persona amada, lo que cambia o ha cambiado es el cómo. si la persona amada, aún hoy en día, te pide esperar, tú esperas. sin más amor es amor, da igual cuál sean los tiempos.
para concluir, el amor cambia según va cambiando la sociedad igual que otras cosas.

Anna Holland dijo...

¿De verdad podemos plantearnos un cierto parecido entre este amor idealizado y eterno y el amor efímero y acelerado que vivimos hoy día? En nuestro siglo XXI, y baho mi punto de vista, esta idea de amor casi platónico y capaz de perdurar años y años sin ser correspondido es prácticamente imposible en el mundo en el que viivimos.

En primer lugar, la rapidez que experimentaos en muchos ámbitos como en la información o la comunicación no se queda ahí, sino que abarca ámbitos como el amor o los sentimientos de los que hablamos.
En mi opinión, todos queremos querer demasiado rápido. Y sí, quizá haya casos en los que esto se de de verdad y el sentimiento sea tan fuerte que sea capaz de luchar seguir vivo después de todo el tiempo que sea necesario.
Por un lado podemos ver que eso de decir "te quiero" a una persona está muy sobrevalorado y que se dice a la primera oportunidad, sin esperara conocer mejor, tanto a la persona o a lo que sentimos; si es amor o nos estamos dejando llevar pr un capricho.
Solo tenemos que fijarnos en la manera en la que éstos 'enamorados'deciden que ese amor ha llegado a su fin.
Con un simple "no siento lo mismo". Totalmente de acuerdo. La incertidumbre y el '¿cómo será?' o el '¿qué pasaría si...?' que tenemos al principio y el hecho de que esa persona te haga sentir de esa manera tan especial, lo que solemos confundir con amor, se disipan y apagan tan rápido como vinieron.
Entonces es cuándo de nuevo, sin esperar y de tal manera, tan fría y acelerada, ese amor eterno que había quedado prometido, desaparece, convirtiéndose así en algo que no supo esperar.

En definitiva, ese amor cortés que podemos ver reflejado en los sonetos a Beatriz, a Laura u otros como los de Gracilaso de la Vega en nuestra literatura, es invisible. La impaciencia que hoy en día nos define, no somos capaces de disfrutar de lo que el amor nos tiene preparado, sino que preferimos tenerlo 'todo' ya a tener ese 'todo', bien.

 
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