BIENVENIDOS AL BLOG DE LITERATURA UNIVERSAL DEL IES JOAQUÍN RODRIGO EN MADRID.

"La eternidad es una rara virtud de la literatura". Adolfo Bioy Casares.







4º ESO LIU

lunes, 25 de febrero de 2013

BAUDELAIRE. SPLEEN EN CARNE VIVA.

Charles Baudelaire, nace en París el 9 de abril de 1821. Tiene 6 años cuando su padre, un sacerdote que había colgado los hábitos convertido en funcionario, muere sexagenario. Su madre se vuelve a casar poco después. El niño siente aversión por este padrastro, y en los internados donde está pensionado, en virtud de las extravagancias de su detestado padrastro, se aburre, soñando ser «ora papa, ora comediante».


Después de su bachillerato, rechaza entrar en la carrera diplomática con el apoyo de su padrastro. No quiere ser sino escritor. Se une a Jeanne Duval, una actriz mulata de la cual, a pesar de frecuentes desavenencias y numerosas aventuras, seguirá siendo toda su vida el amante y el sostén. Sus excentricidades son tales que su madre y el general Aupick obtienen en 1844 del Tribunal que sea sometido a un consejo judicial.

Baudelaire, herido, no se repondrá de esta humillación. Privado de recursos, no cesará desde entonces de evitar los acreedores, mudándose, escondiéndose en casa de sus amantes, trabajando sin descanso sus poemas intentando mientras tanto ganarse la vida publicando artículos. Una primera obra marca sus comienzos como crítico de arte. Loa a su amigo Delacroix, critica a los pintores oficiales.

Ese mismo año, una tentativa de suicidio le reconcilia provisionalmente con su madre. En 1846, descubre la obra de Edgar Poe, ese maldito de Ultramar, allende el Atlántico, ese otro incomprendido que se le asemeja, y, durante diecisiete años, va a traducirla y revelarla.

Después de la revolución de 1848, en la cual ha participado más por exaltación que por convicción (durante las revueltas, sugiere a sus compañeros de armas fusilar a su padrastro...) prosigue sus actividades de periodista y de crítico. En 1857, la publicación de Las Flores del Mal juzgadas obscenas, crea escándalo. Baudelaire debe pagar una fuerte multa. Sólo Hugo (que le escribirá «Usted ama lo Bello. Deme la mano. Y en cuanto a las persecuciones, son grandezas. ¡Coraje!»), Sainte-Beuve, Théophile Gautier y jóvenes poetas admirados le apoyan. Amargo, incomprendido, Baudelaire se aísla aún más.

Su salud comienza a deteriorarse. Se ahoga, sufre crisis gástricas y una sífilis contraida diez años antes reaparece. Para combatir el dolor, fuma opio, toma éter. Físicamente, es una ruina. En la soledad orgullosa donde él se ha encerrado, dos luces: los escritos admirados de dos escritores todavía desconocidos, Stéphane Mallarmé y Paul Verlaine, sobre su obra que se resume en una única recopilación. Las Flores del Mal, a lo que hay que añadir los poemas en prosa del Spleen de París, ensayos, (Los Paraísos artificiales, estudio sobre los efectos del opio y del hachís), sus artículos de crítica y su correspondencia. En 1866, durante una estancia en Bélgica, un ataque lo paraliza y lo deja casi mudo. Agoniza durante un año; amigos, para ayudarle a sobrellevar el dolor, acuden junto a su lecho a interpretarle Wagner. Se apaga a los 46 años, el 31 de agosto de 1867, en los brazos de su madre.


Un par de poemas de sus flores del mal para ver la calidad de este poeta.
El Muerto Alegre

En una tierra fértil, llena de caracoles,

quiero cavar yo mismo una fosa profunda,

donde a mi gusto pueda meter mis viejos huesos

y dormir en el olvido cual tiburón en las olas.


Odio los testamentos y odio las sepulturas;

antes de suplicar una lágrima al mundo,

preferiría, vivo, invitar a los cuervos

a ensangrentar sus picos en mi inmunda osamenta.


¿Oh gusanos!, oscuros compañeros silenciosos y ciegos,

ved que viene a vosotros un muerto libre y gozoso;

libertinos filósofos, hijos de la carroña,

pasad sin escrúpulos a través de mi ruina,

y decidme si todavía le falta una tortura a este viejo

Cuerpo sin alma y muerto entre muertos!




Spleen, ese aburrimiento para expresar la situación del poeta en un mundo que lo margina, ese hastío que invade todos sus poemas.
LXXVI Spleen (fragmento)

Guardo más recuerdos que si tuviera mil años.

Un mueble grande con cajones repleto de balances,

de versos, cartas de amor, sumarios y romances,

con espesos cabellos enrollados en recibos,

guarda menos secretos que mi triste cerebro.

Es una pirámide, un sepulcro inmenso,

Que contiene más muertos que una fosa común.

- Soy un cementerio aborrecido de la luna,

donde, como remordimientos, se arrastran largos gusanos

que siempre se ceban en mis muertos más queridos.

Soy una vieja cómoda llena de rosas marchitas,

donde yace todo un montón de modas anticuadas

y lastimeros cuadros al pastel y los pálidos Boucher

exhalan, ellos solos, el olor de un frasco destapado.









VERLAINE Y RIMBAUD . LOS SIMBOLISTAS FRANCESES.

UN AMOR CONTRACORRIENTE ( escrito por Agustín Celis en su blog)




Paul Verlaine y Arthur Rimbaud

Arthur Rimbaud y Paul Verlaine tuvieron la rara habilidad de convertir sus vidas en una auténtica pesadilla. Tanto juntos como separados fueron personajes excesivos, geniales y chiflados, quizá por eso han quedado como prototipos de escritores malditos, sobre todo el maldito Rimbaud, que ansiando ser Dios apenas si queda claro que llegara a ser él mismo. “Yo soy otro”, decía este jovencito enajenado y turbulento que cada pocos años parecía cansarse de ser quien era. Al parecer en su más tierna infancia había sido un niño aplicado, un estudiante voluntarioso y un hijo ejemplar.

Para la historia de la literatura han quedado como dos de los más fundamentales poetas de finales del s. XIX, cuyo decadentismo encarnaron hasta lo grotesco. Lo curioso es comprobar que la influencia de sus actitudes perviva aún hoy en ingenuos poetas imberbes capaces de abandonarlo todo con tal de darle al mundo unos versitos tempestuosos con los que sorprender a sus sorprendidas familias, que no se explican qué han podido hacer ellos para que el niño se haya convertido en un poeta maldito.

Paul Verlaine y Arthur Rimbaud también sorprendieron, y mucho, a sus familiares. La cosa no es para menos. Entre las rarezas que se le atribuyen a Paul  Verlaine destaca el intento de asesinar a su madre, a su mujer, a su hijo y finalmente a su adorado Arthur. A su mujer, Mathilde, también intentó quemarle los cabellos y cortarle las manos y en otra ocasión estampó a su hijo, aún bebé, contra la pared. El niño se salvó por la abundancia de ropas que lo abrigaban y que debieron amortiguar el golpe.

En cuanto a Arthur Rimbaud, con tan sólo dieciséis años ya se había agenciado el kit completo del perfecto chalado. Era, por supuesto, un niño terrible que blasfemaba en voz alta contra Dios, contaba a todo el que quisiera escucharle truculentos episodios sexuales con animales y hasta fumaba en pipa con la cazoleta vuelta hacia abajo. Algunos de sus hagiógrafos pretende justificar su actitud aduciendo que el niño Rimbaud había vivido una cruenta infancia sin padre y había sido violado por todo un batallón de soldados, lo que tuvo una doble consecuencia en el poeta, el horror como víctima de un hecho infame y un turbio atractivo hacia la degradación y la violencia del asalto múltiple.

Cuando se conocieron en 1871 Paul tenía veintisiete años y Arthur diecisiete. Pronto sintieron el uno por el otro una fuerte atracción sexual, a la que se unió la común pasión por la bebida, la poesía y los hombres. Formaron pronto una pareja empática aunque tormentosa. Mantuvieron una relación que rozaba el delirio y la pesadilla. Tomaban hachís, absenta y ajenjo para superar los límites de la razón, del bien y del mal, y sobre todo, de los absurdos prejuicios sociales de un mundo aburguesado, decadente y absurdo.

Al poco de llegar a París el provinciano Rimbaud se enemistó con todos los poetas parnasianos, que lo consideraron demasiado agreste. Un poeta llamado Attal se le acercó un buen día para enseñarle unos versos que tenía escrito y Arthur le respondió con un escupitajo. Las veladas en los cafés eran desastrosas. El niño prodigio se reveló como un pendenciero, un demente y un provocador. A otro poeta llamado Mérat que en aquella época había publicado una colección de sonetos en alabanza al cuerpo de la mujer le respondió con un poema obsceno titulado “soneto del agujero del culo”. No le cayó bien a nadie, y sobre todo no le cayó bien a la familia de Paul, que lo veían como un energúmeno peligroso, como una mala influencia y como un rival. A la mujer de Paul, desde luego, no le faltaban razones.

Fue la de ellos una relación de amor y odio que terminó de manera trágica, como trágico fue también el final de sus vidas. En los dos años que duró la relación se hicieron daño mutuamente. Hubo maltratos, lágrimas, arrepentimientos, idas y venidas por distintas ciudades de Europa, escapadas que terminaban en regresos, escándalos que se hacían públicos, dolor y sobre todo mucha locura.

Es famoso el episodio de los tres disparos de Verlaine sobre Rimbaud. De ellos se puede colegir hasta qué punto se encontraba atrapado Paul por la atracción que ejercía sobre él el niño Arthur. Tampoco sería muy descabellado opinar que Paul Verlaine debió de ser un hombre débil y contradictorio, un ser indefenso y mimado, profundamente inestable, necesitado de la autoridad permanente de un ser fuerte que lo guiara, y sin embargo inconformista, receloso y con un gran deseo de independencia. Ocurrió en Bruselas en 1873. Paul había amenazado con suicidarse varios días antes, Mamá Verlaine acudió en ayuda de su hijo, y también Rimbaud, que respondía así a las súplicas de su amigo tras la última despedida. En cuanto se vieron juntos de nuevo comenzó el tormento. Alcohol, sexo y peleas. El final se resolvió con tres disparos, la mano herida de Arthur por una bala y una condena a dos años de trabajos forzados.

Sólo se volvieron a ver una vez más, en 1875 a la salida de Verlaine de la cárcel. Para entonces ya estaban acabados. Aquella noche la pasaron de farra trincándose una borrachera antológica y una formidable pelea a puñetazos que resolvió finalmente el caos de su angustiosa relación.

El final de sus vidas se ha escrito muchas veces. Merecerían formar parte de una gloriosa antología de la decadencia de las celebridades.

Arthur Rimbaud renunció a la poesía y no volvió a escribir más. Se convirtió en uno de esos extraños seres siempre perseguidos por su destino, fue un aventurero y un hombre de acción. Así demostró una vez más que cada pocos años parecía cansarse de ser quien era. Murió a los treinta y siete años de edad y con una sola pierna, entre tremendos dolores, como consecuencia de un tumor de hueso que se le declaró en la rodilla y avanzó por todo el cuerpo velozmente.

Paul Verlaine conoció la degradación progresiva de su talento y su persona. Murió completamente sólo a los cincuenta y dos años de edad, sifilítico, borracho y arruinado.

El albatros de Charles Baudelaire



Por distraerse, a veces, suelen los marineros

Dar caza a los albatros, grandes aves del mar,

Que siguen, indolentes compañeros de viaje,

Al navío surcando los amargos abismos.



Apenas los arrojan sobre las tablas húmedas,

Estos reyes celestes, torpes y avergonzados,

Dejan penosamente arrastrando las alas,

Sus grandes alas blancas semejantes a remos.



Este alado viajero, ¡qué inútil y qué débil!

Él, otrora tan bello, ¡qué feo y qué grotesco!

¡Éste quema su pico, sádico, con la pipa,

Aquél, mima cojeando al planeador inválido!



El Poeta es igual a este señor del nublo,

Que habita la tormenta y ríe del ballestero.

Exiliado en la tierra, sufriendo el griterío,

Sus alas de gigante le impiden caminar.


Baudelaire
Versión de María Fasce

En este poema Baudelaire , perteneciente a  Las flores del mal expresa con un símil cuál es su concepción del poeta. ¿ Qué puntos de unión tiene el poeta con el albatros?
- Comenta las imágenes presentes en el poema y su pertenencia por lo tanto al Simbolismo.
- Relaciona este texto con el concepto de spleen.

FECHA: 6 DE MARZO DE 2013.

lunes, 11 de febrero de 2013

CONCEPTOS ROMANTICISMO

1. Romanticismo
2. Sturm und Drang
3. "Geniegeist": concepto de genio para los románticos.
4. Hermanos Grimm
5. Göethe
6. Schiller
7. Novalis
8. La flor azul
9. Hölderling
10. Hiperion
11. Werther como obra literaria
12.Ossian// literatura ossiánica
13. Lord Byron
14. P. Shelley
15. Keats
16. Chateaubriand
17. Víctor Hugo

Ya sabéis chicos, las definiciones se van acumulando y entrarán las de todo el curso. Los temas de este examen son solo los temas del clasicismo, La Ilustración y el Romanticismo. Examen por lo tanto el viernes 15 de febrero a 3º hora y recreo.
Estudiad y suerte.
 
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